¿Cómo se determina la vocación?:
A finales del año pasado, una persona relacionada con mi trabajo quiso cuestionar si realmente mi vocación era la educación. La verdad esto me tuvo en su momento algo molesto y confundido. Pero con el paso del tiempo y con la llegada de un año 2007 lleno de nuevos desafíos, nuevas expectativas y con un caminar mucho más firme dentro de este ámbito, he podido darme cuenta de que todo lo que luché y lo que me esforcé por llegar donde estoy, ha dado sus frutos. Efectivamente puedo decir que me siento enormemente realizado con lo que hago, que cada día encuentro un nuevo motivo por el cual alegrarme al ver a un niño creciendo, desarrollándose, saliendo adelante en sus estudios o quizá dejando atrás algún problema o alguna situación que lo ha complicado.
También está el otro lado de la moneda. En mi quehacer, como sucede en tantos otros, también he podido ver con mucha pena, y porqué no decirlo, con molestia, a personas que están en esto porque simplemente no les quedó otra, o porque tal vez fue su única tabla de salvación como manera de obtener un título Universitario. Es realmente deprimente ver cuando alguien hace algo que no lo tiene a gusto. Se nota cuando una persona busca dar más de sí, simplemente por el hecho de querer hacerlo, porque se siente comprometido con los niños o porque es lo que lo hace sentirse realizado. Espero poder en algunos años más continuar con el mismo espíritu que hasta ahora he mantenido y creo que así será, porque tengo la suerte de haber elegido ser profesor, totalmente consciente de lo que estaba asumiendo y consciente que siempre he tenido un gran cariño por los niños y por lo que involucra como rol social el educar.
